Estando de vacaciones en febrero de 2007 comencé a sufrir los síntomas que se presentaban en general luego de las comidas. Los cuales se manifestaban en meteorismos, dolores abdominales y/o diarreas. Estos síntomas se prolongaron durante el resto de las vacaciones y continuaron ya estando en mis actividades diarias.
Concurrí al gastroenterólogo que anteriormente había tenido algunas consultas y con el cual me había realizado estudios, entre ellos video colonoscopía donde hallaron un pólipo que me extirparon (año 2003).
En esta consulta conté mis síntomas y por primera vez escuché hablar del colon irritable en mi persona. Desde ese momento haciendo diversos tratamientos de acuerdo a lo indicado por el profesional, los síntomas desaparecían por pocos días y luego tenía las mismas o peores molestias.
Luego de un tiempo razonable de soportar este problema a pesar de la dieta y la medicación, regresé al profesional el cual me dijo que lamentablemente entendiera que mi enfermedad, si así puedo llamarla, no tenía cura y las medicaciones eran las indicadas (Miopropan y Miopropan T). Continué casi por un año sufriendo toda esta problemática. Sin solución, aparente decidí consultar otro profesional que al cabo de comentarle todo lo ocurrido me dio el mismo diagnóstico. A esta altura ya estaba bastante desesperanzado, pues este problema estaba alterando mi calidad de vida y por ende mis nervios.
Comencé a buscar en Internet soluciones y hallé mucha gente que sufría de lo mismo desde hacía mucho tiempo pidiendo ayuda de forma bastante desesperada.
En una de las páginas estaba publicado el Instituto Gubel, al que llamé solicitando un turno, concerté una entrevista con una gastroenteróloga que me dijo que la medicación estaba bien indicada pero que debía buscar ayuda psicológica y me reiteró que no tenía una cura definitiva.
Por lo que le solicité a ella que me recomendara alguna persona que realizara este tipo de tratamiento.
Me nombró algunos profesionales. Me recomendó como especialista en el tema a la Licenciada Silvia Berstein, que había trabajado en relación con el Instituto ya ahora lo realizaba el tratamiento en forma particular.
Evaluando la situación preferí elegir a alguien especializado en el FAMOSO COLON IRRITABLE.
Solicité telefónicamente una entrevista con la Licenciada para comenzar el tratamiento inmediatamente. Lo comencé rápidamente, a la semana de haberla llamado.
La primera entrevista fue de conocimiento mutuo y desde ya muy amena. Me motivó a experimentar la terapia psicológica conjuntamente con la medicación.
Luego de las primeras sesiones incluyendo algunas hipnóticas, que están incluidas en el tratamiento comencé a sentir mejoría y a no depender continuamente de la medicación, algo fundamental en mi vida.
Al cabo de tres a cuatro meses de concurrir semanalmente y utilizando el CD que Silvia me recomendó para relajación, empecé a sentir más tranquilidad para manejarme con la enfermedad que me resultaba un trastorno bastante molesto y cedían los síntomas que me provocaban tanto mal estar.
Debo reconocer que yo estaba absolutamente convencido que de alguna manera tenía que mejorarme y dejar los medicamentos. Este convencimiento me llevó a una gran mejoría con la ayuda de Silvia.
En este momento luego de casi 16 meses de peregrinar con el colon irritable por distintos consultorios de gastroenterólogos he superado bastante la problemática.
Por lo cual hemos distanciado las sesiones ya que Silvia está de acuerdo a que mi estado realmente ha cambiado, de lo cual estoy muy agradecido a ella, ya que sin su ayuda no hubiese podido llegar a este punto.
Esto fue un trabajo en conjunto, yo como enfermo convencido de que esto me podría llevar a una salida victoriosa y Silvia una excelente profesional experimentada en el tema.
Daniel – Buenos Aires.