La psicóloga SILVIA BERNSTEIN señala “tu padecimiento es invisible para los demás, pero sus efectos tienen incidencia en cada uno de los actos de tu vida. Es probable que nadie conozca tu dolor y tu vergüenza, tal vez sólo tu familia” “las alteraciones gastrointestinales no son tema de conversación frecuente, ni siquiera entre amigos. Poca gente se anima a comentar de manera explícita, que se halla atravesando un período preocupante de constipación, de colitis o flatulencias”. Desde las primeras páginas insta al lector “paciente” a motivarse al cambio y además a mirar con optimismo el futuro.
El resto del libro está dividido en capítulos según las diversas sesiones en las cuales programa su tratamiento. El marco teórico a la base de éste es cognitivo- conductual pero a través de su práctica clínica y experiencia ha ido incluyendo técnicas y recursos de otros enfoques como la relajación y la imaginación, uso de la respiración, registros, escalas de evaluación, la dinámica del trabajo grupal, etc. Enfatiza en su terapia que el paciente reflexione sobre sus experiencias conectando los pensamientos y creencias con las emociones y experiencias físicas que siente y ha sentido en las diferentes situaciones revisadas.
A través de la trascripción de sesiones va revisando los casos y va entrenando al lector a prestar atención a los pensamientos automáticos y a las falsas creencias de quienes aquejados de este trastorno muchas veces le obstaculizan o impiden reaccionar objetivamente para poder resolver situaciones sociales cotidianas. La autora considera fundamental que se reconozcan las distorsiones cognitivas o los errores de procesamiento de la información tales como una distorsión cognitiva absolutista, la sobregeneralización, la abstracción selectiva, la descalificación de lo positivo, las conclusiones arbitrarias, las predicciones y maximizaciones negativas, la minimización de logros, el pensamiento catastrófico. Sólo cuando el paciente las reconoce podrá ir gradualmente neutralizándolas.
Durante las sesiones también va revisando las emociones más frecuentes sentidas por los pacientes como la ira, el miedo, la ansiedad, la irritabilidad, la vergüenza, el exceso de control. Va ejemplificando las características comportamentales como la agresividad, los altos niveles de autoexigencia, la baja autoestima, la necesidad de aprobación social y de control. Señala factores de comorbilidad con el cuadro clínico como la ansiedad generalizada, los ataques de pánico y la fobia social.
Todo el trabajo terapéutico apunta a que el sujeto esté informado, comprenda el problema, se conoza, se evalue, identifique los significados y atribuciones personales que da a sus síntomas, identifique a su vez los estresores o desencadenantes de sus crisis para que finalmente logre manejarlos permitiéndole una contención y autoregulación al buscar por sí mismo diversas soluciones que alivien su sintomatología, lo que la autora llama la autoasistencia.
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