Desde que era chico tuve que convivir con un intestino un tanto gruñón. Una vez que empecé a trabajar y las responsabilidades se hicieron más marcadas, esto se convirtió en un problema.
Soy irregular para ir al baño (hay días en que tengo que ir alrededor de 8 veces a mover el intestino, normalmente con diarrea). Esto se convierte en una molestia importante cuando se trata de viajes o de salidas: trataba de no ir a restaurantes por el miedo a no poder volver a casa a tiempo o tener que suspender el viaje para ir al baño de un bar o de una estación de servicio.
Trabajar con Silvia ayudó a racionalizar la disfunción con la que cuento. Observar los momentos en que esta se presenta y actuar de acuerdo a ello. No puedo pretender sacarme el SCI de un día a otro, pero si puedo aprender a convivir con él y manejarlo. Entender esto hizo mucho más fácil el camino de constante trabajo que se trazó en nuestros encuentros.
Puedo decir que gracias a las técnicas que aprendí me siento más seguro que nunca para afrontar mi problema. Siento que tengo herramientas para manejarlo y fue fantástica la sensación de ponerlas en práctica y ver que verdaderamente funcionan.
Puedo relajarme y no stressarme ante situaciones adversas referidas a mis síntomas. No voy a decir que ya nunca más voy a sufrir de ello. Pero es cierto que mentalmente lo tomo de otra manera y estoy mejor preparado para sobrellevar alguna eventual crisis que tenga.
La solución está en cada uno de nosotros pero necesitamos alguien que nos oriente a encontrarnos. Y debo decir que descubrí en Silvia una extraordinaria guia.
Fede.