«Le debo al colon un cambio de vida. Venía a 250 km/h y bajé a 30. Para bien y para mal, me trajo a mi casa y me llevó a lugares como la meditación. Antes, pensaba que yo hacía todo mal…»
Analia
«Le debo al colon un cambio de vida. Venía a 250 km/h y bajé a 30. Para bien y para mal, me trajo a mi casa y me llevó a lugares como la meditación. Antes, pensaba que yo hacía todo mal…»
Analia